miércoles, 5 de noviembre de 2008

EL ARTE DE LA DECEPCIÓN

Hay gente que tiene una enorme capacidad para decepcionar a los demás.

Por otro lado hay gente propensa e ilimitablemente expuesta a sufrir decepciones.

Si consideramos la acepción que la real academia otorga a este término , osease, a la palabra decepcionar, nos damos cuenta de que quizá se quedan un pelín “cortos” al definirlo.

Dececpcionar: 1. Desengañar, desilusionar.

Yo quizás, añadiría( como buena adquisidora de decepciones múltiples, incluso podría decirse que tengo un máster en “Sentimiento acumulativo de decepciones varias”, y me atrevería a ir más allá, afirmando, que sería capaz de realizar una tesis y exponerla en el aula magna, de la facultad de educación ,de la Universidad Complutense) añadiría como decía, otras acepciones, tales como :

2. Ofender a una persona que te quiere.

3. Insultar a una persona que te ve como un ejemplo a seguir.

4. Engañar a una persona que te considera amigo/a y que huibera sido capaz (antes de que le decepcionaras, claro está) de regalar su colección de entradas de cine acumuladas desde su primera película hasta ahora, por salvarte de una paliza en el patio de la escuela.

Cuando los dos tipos de personas, arriba mencionados, se relacionan, se produce un estado de tensión, humillación, absurdidad, agobio y sentimiento de culpa, que se mezcla con el inevitable deseo de que te trague la tierra. Por supuesto , de más está decir, que a veces , la persona que decepciona no siente ni cree por asomo que lo haya hecho. Otras veces es totalmente ajeno/a a ello y la mayoría de las veces , además, se siente ofendido/a por plantearle siquiera esta irracional afirmación. “¿Qué yo te he decepcionado?, pero bueno – dice disgustado/a - en tal caso tú me has decepcionado a mí” y se queda más ancha/o que larga/o.

Queda absolutamente claro – y si no lo queda, se nota que, pocas veces os habéis hallado en tal andanza- que a partir de ese lamentable, horrendo, inolvidable y no menos desagradable día, las cosas como dice alguna canción hortera “ya no volverán a ser como antes”.

CAMBIO


Yes, we can

sábado, 1 de noviembre de 2008

CREATIVIDAD E IMAGINACIÓN


«Si una sociedad basada en el mito de la
productividad (y en la realidad del
beneficio tiene necesidad de personas a
medias —fieles ejecutoras, diligentes
reproductoras, dóciles instrumentos sin
voluntad—, quiere decir que está mal
hecha y que hace falta cambiarla. Para
cambiarla, se requieren personas
creativas, que sepan usar su
imaginación».

Gianni Rodari